¿Podrá China costear el convertirse en potencia mundial? - Frank Liz

Preocupado de que las administraciones anteriores de los Estados Unidos hayan estado ayudando (sin querer) a que Beijing supere económicamente al mencionado país, Donald Trump ha iniciado una guerra comercial con China.

Debido a esto, y teniendo en cuenta los factores económicos que conciernen a ambos países, la pregunta que surge es la siguiente ¿puede China permitirse, en un sentido estrictamente financiero, convertirse en la próxima superpotencia del mundo?

Existen varios aspectos a considerar para poder responder la pregunta que nos planteamos en este artículo.

La población como recurso natural

En primer lugar, estadísticamente el ciudadano chino promedio, sigue estando caracterizado por tener más carencias económicas que un ciudadano mexicano promedio.

De hecho, el mayor recurso natural de China sigue siendo su población, la cual está compuesta por alrededor de 1.400 millones de habitantes, quienes están apenas terminando de urbanizarse. Por si fuera poco, dicha población está envejeciendo y, a partir de 2023, la misma comenzará a reducirse.

Ciertamente, ninguna superpotencia anterior se ha desarrollado en las mismas circunstancias en las que lo está haciendo China.

Ingreso medio

De igual manera, tampoco ningún país grande ha escapado la llamada trampa del “ingreso medio” (la cual establece que las economías emergentes tienden a quedar aisladas entre $10.000 y $15.000 del PIB per cápita), sin liberalizar y desarrollar un estado de derecho confiable.

Sin embargo, China, bajo el presidente Xi Jinping, está haciendo lo contrario.

China: una superpotencia diferente

A veces, la creencia contraria a la que generalmente es adoptada es la correcta.

Los partidarios de Xi han establecido que su país es totalmente diferente a los demás y que, por ende, los modelos occidentales simplemente no aplican. Asimismo, los seguidores del actual régimen argumentan que China se convertirá en una gran superpotencia económica, pero que será una completamente diferente a Estados Unidos.

Indudablemente, hay evidencia que sugiere que China puede permitirse, en un sentido económico, el lujo de ser lo que quiera. Por ejemplo, tan solo una de estas evidencias es que Beijing ha incrementado el gasto en defensa más de 10 veces desde el año 1990, al mismo tiempo que ha sido capaz de reducir el presupuesto gubernamental otorgado para la participación de los militares.

Evidentemente, ni siquiera China sabe todavía qué tipo de superpotencia será. Sin embargo, es bastante probable que la respuesta a dicha incógnita determine aspectos relacionados con la guerra, la paz y, sobre todo, con el crecimiento económico global de las décadas de porvenir.

Refrencia: Bloomberg

Foto: REUTERS

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